El día que ya no esté… “te vas a dar cuenta de todo lo que significaba su presencia.”
Te quejas porque te llama.
Te molestas porque te corrige.
Te enfadas porque se preocupa.
Pero no has entendido algo: “Ella no estará para siempre”.
Un día vas a tener toda
la libertad del mundo…
Podrás salir sin que te espere.
Podrás llegar sin que
nadie te pregunte.
Podrás dormir sin escuchar su voz…
Pero ese día, tu madre
ya no estará.
Y cuando la veas en un ataúd, cuando el silencio
te golpee, cuando no haya nadie que te diga “cuídate”.
Ahí vas a desear sus regaños, sus límites, su amor disfrazado de preocupación.
“Muchos se dan cuenta del valor de una madre, cuando ya no pueden abrazarla.”
“No te molestes por sus consejos, agradecelos, porque un día los vas a necesitar.”
“Tu madre no es eterna, pero su amor sí. Ámala mientras puedas.”
Si aún tienes a tu madre contigo, hazle sentir que vale la pena todo lo que ha hecho por ti.
No esperes llevarle flores al cementerio para decirle que la amas.
Díselo hoy, con un abrazo, una llamada, o simplemente estando a su lado.
Porque ella no necesita regalos caros…
Solo necesita saber que crió hijos agradecidos.
-Créditos al Autor-